El Aizgorri, es una montaña de 1.528 metros de altitud perteneciente a la
Sierra de Aizgorri en los Montes Vascos. Está situado en Gipuzkoa, Euskadi.
Aunque no es la cima más elevada, es la cumbre más popular y todo el macizo
lleva su nombre: Aizgorri (1.528 m). La fama le viene de la ermita situada en
su rocosa atalaya sobre la que se extienden las campas de Urbia y Oltza, que
aglutinan varias majadas donde pace el ganado. También se encuentra junto a la
ermita un refugio montañero. La vertiente norte de la montaña es vertiginosa.
El Aizgorri, aún sin ser la cima más alta del macizo del mismo nombre, es
la más popular y conocida del mismo. Forma parte de una gran masa caliza que se
extiende de este a oeste y parece formar parte de la línea de los montes del
Duranguesado. Se sitúa en la parte este de la crestería que cierra las campas
de Urbia por el norte cayendo, vertiginosamente, al norte sobre Cegama.
En su cumbre, a 1.528 m de altura, se levanta la ermita del Santo Cristo
que guarda un crucifijo que allí se veneraba y que se consideraba milagroso,
pues bien fuese llevado a Zegama o Araia, al final siempre aparecía en la
ermita de la encumbrada montaña de Aizgorri que domina toda la tierra vasca. Es
la última cumbre por el este de la crestería. Debajo del Aizkorri se ubica el
paso de San Adrián, por donde cruza la sierra la calzada medieval, que unía la
meseta con los pasos norteños hacía la costa cantábrica. La característica más
reseñable de este paso es que atraviesa la roca mediante una cueva natural que
guarda en su interior la ermita del santo que le da nombre. El camino de
Santiago francés tenía paso por la peña de San Adrián y fue recorrido desde el siglo
XI pero de forma intensa a partir del XIII.
Al lado de la ermita cimera hay un pequeño refugio que invita a pasar la
noche en la cima. Fue inaugurado el 8 de julio de 1934
En la vertiente sur se abren las campas de Urbia, que se sitúan a 1.000 m
de altitud y se cierran por un lado con el macizo del Aizgorri y por el otro
con el Zabalandi. El valle se extiende de este a oeste, con un acceso desde el
santuario de Aránzazu en Oñate y otro por San Adrián. Estas campas son lugar de
pasto desde tiempos prehistóricos y de ello dan muestra los monumentos
megalíticos que allí se encuentran.
Los rebaños de ovejas, de la raza Latxa, pastan en los prados que se abren
entre las peñas calízas y bosquecillos de hayas y espinos albares. Los pastores
se agrupan en pequeñas concentraciones de txabolas, que les sirven de vivienda
en los meses de verano. Desde el año 2006 es parque natural.
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